FARMACOLOGÍA

Estudiantes australianos desarrollan droga contra el VIH

Martin Shkreli, un joven magnate de la industria farmacológica, hizo que una droga para las personas con VIH pasara de costar unos accesibles US$13 a unos inescrupulosos US$750. La creación de unos estudiantes australianos podría poner en problemas a este avaricioso multimillonario.

Foto: Alice Williamson.
Foto: Alice Williamson.

Un grupo de estudiantes de secundaria australianos han logrado crear en sus sencillos laboratorios una droga que podría salvar la vida de pacientes con el Virus de Inmunodeficiencia Humana, VIH, causante del SIDA.

Los estudiantes del Sydney Grammar School, junto con la ayuda de la Universidad de Sidney y la ONG Open Source Malaria, crearon un fármaco semejante al Daraprim, usado para tratar enfermedades parasitarias e infecciones que pueden atacar a pacientes cuyo sistema inmunológico está disminuido por el VIH.

Contra la tiranía

Turing Pharmaceuticals, una compañía farmacéutica de Nueva York -y propiedad del millonario Martin Shkreli-, EE.UU., adquirió las patentes de Daraprim en 2015 y elevó los precios por dosis de US$13 a US$750 de la noche a la mañana, limitando drásticamente el acceso a este fármaco a una gran parte de los pacientes con SIDA. La movida lo volvió un villano ante el ojo público casi de inmediato.

El Daraprim también es usado para prevenir la toxoplasmosis y la malaria.

Para Alice Williamson, doctora y profesora de la Universidad de Sidney, se trata sin duda alguna de un gran avance que vino de uno lugar inesperado. «Yo no podía sacarme de cabeza la historia de Martin Shkreli de la cabeza. Me parecía tan injusto, especialmente porque la droga es tan barata de fabricar y ha sido vendida a precio accesible por años, afirmó Williamson.

«Me dije: ‘¿por qué no hacer que los estudiantes aprendan a fabricar Daraprim en su laboratorio?’, porque la fórmula es bastante simple. Pensé que si podíamos demostrar que estos jóvenes pueden hacerlo en el laboratorio sin mucho entrenamiento real, enviaríamos un mensaje de cuán ridículo es la fuerte escalada en los precios y cómo carece de justificación», agregó la científica.

Los estudiantes llevaron a cabo distintas pruebas y experimentos, y todo su trabajo fue puesto en línea para que cualquier científico en todo el mundo pueda acceder a los resultados de forma gratuita.

Pequeñas modificaciones hicieron que la fórmula siguiera siendo efectiva pero que no tuviera roces legales con Turing Pharmaceuticals que, aunque no posee los derechos intelectuales totales -pues las patentes ya proscribieron- aún poseen el derecho exclusivo para vender Daraprim. Al poner las fórmulas en plataformas de código abierto, nadie podrá comercializarlas de forma lucrativa, pero cualquier podría fabricarlas para consumo propio.

*Vídeo propiedad de The Guardian.

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