Colocarán placa de la memoria en la puerta del hospital Militar, donde en dictadura funcionó una sala de tortura, muerte y desaparición

La colocación de placas de la memoria son resultado de la aplicación de la Ley 18.596, a través de la Comisión especial que integran los ministerios de Economía, Salud y Educación y las organizaciones Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos y CRYSOL.

En tal sentido, el próximo viernes 28 de octubre a partir de la hora 17 se colocará una placa en el hospital Militar.

Las organizaciones sociales y de derechos humanos recuerdan que en dicho hospital funcionó la “Sala 8 de tortura, muerte y desaparición de presos políticos y de bebés que nacieron en ese periodo”.

“Es importante que la gente recuerde que en el hospital Militar se dejaba morir a los compañeros y que fue otro centro de reclusión tenebroso”, se indicó, según público el PIT-CNT.

Chalet Susy

Asimismo, en el marco de lo dispuesto por los artículos 7 y 8 de la Ley 18.596, el Ministerio de Educación y Cultura realizó el pasado domingo 23 la ceremonia de instalación de una placa señalizando el lugar conocido como “chalet Susy” que el 26 de octubre de 1976 ofició como puesta en escena de un operativo del Plan Cóndor para legalizar, ante la opinión pública, las detenciones de ciudadanos uruguayos secuestrados en Argentina, por motivos políticos e ideológicos y trasladados en forma clandestina al país.

Organizó la Comisión Memorias de la Costa y contó con el apoyo de la Intendencia y la Junta Departamental de Canelones, la Comisión Espacial de la ley 18.598 y el Municipio Canario de Ciudad de la Costa.

En el marco del denominado “Plan Cóndor” de coordinación represiva de las dictaduras del Cono Sur, de mediados de los años 70, un grupo de prisioneros políticos que se encontraba en el centro de detención clandestino Automotores Orletti de Buenos Aires, fue trasladado hacia Montevideo, en el primer vuelo de la muerte.

Los prisioneros llegaron a la Base Militar N°1, pasaron por la casona de Punta Gorda ­conocida como el “infierno chico”­, las dependencia del Servicio de Información y Defensa del Ejército, hasta llegar al “chalet Susy”, situado a veinte kilómetros de Montevideo.

En el chalet, el gobierno de facto había montado un escenario terrorista con armas, panfletos y hasta túneles para hacer creer a la población que “los grupos subversivos” seguían latentes.

Los mismos prisioneros que fueron depositados en el chalet fueron “capturados” por las fuerzas del orden, en medio de una exposición mediática.