ENTREVISTA LARED21.TV

LevantArt: la escuela de seducción personalizada para hombres

En entrevista con LARED21.TV, el director de LevantArt, Martín Rieznik, explicó cómo funciona la escuela de seducción y cómo se enseña “el arte de levantar”.

 

Para empezar, ¿cómo funciona LevantArt?

LevantArt es una escuela que estudia y enseña los conocimientos sobre seducción que hoy en día existen en el mundo y en la ciencia. Lo que hacemos principalmente es dictar cursos grupales, con 20 o 25 personas, con clases teóricas y prácticas. Eso quiere decir que ven los fundamentos, la teoría de cómo funciona la seducción, y después van a una salida a poner en práctica ese conocimiento, con un coach disfrazado de amigo. Salen en grupo a ponerlo en práctica y a corroborar que funciona.

 

¿A quién está dirigido?

Es solo para hombres, por el hecho de que es una empresa que fundamos tres hombres apasionados por el estudio de la seducción. Lo que enseñamos es nuestro know how.

Empezamos hace 20 años, primero como hobby, a estudiar la seducción. Después se transformó en un hábito, en una pasión. Cuando vimos que a nosotros nos había funcionado se lo empezamos a enseñar a nuestros mejores amigos, también funcionó, y así es que decidimos abrir LevantArt como empresa, para enseñarle a los hombres las teorías sobre la seducción.

También es para hombres en el sentido de que nos interesa resguardar la privacidad de la gente que viene a estudiar seducción.

 

Parece difícil de creer que haya solo un método para seducir.

No es que hay un método, hay una ciencia de la seducción.

Por ejemplo, yo soy muy fanático de Erich Fromm. El Arte de Amar es uno de mis libros favoritos. Él comienza El Arte de Amar diciendo: “Usted agarra este libro y espera un manual de instrucciones sobre cómo amar, lamento defraudarlo, no se trata de eso, sino que es un estudio sobre los principios del amor”.

Lo que nosotros hacemos es estudiar la seducción científicamente. No hay una forma, porque va a depender de cada uno. No es lo mismo ser médico que ser ingeniero, a la hora de seducir. En nuestra escuela hay un trabajo muy personalizado para que cada uno encuentre su forma de seducir, y así no crear tampoco robots, sino personas socialmente exitosas.

 

El trabajo, ¿es personalizado para cada hombre o también para cada mujer?

No, las mujeres son todas iguales (risas). Sí, personalizamos para hombre y para mujer. Cada persona es un universo. No hay fórmulas generales que funcionen como en las ciencias exactas, pero sí hay normas generales de qué es más atractivo y qué es menos atractivo. Después va a depender de cada interacción, porque cada interacción es única. Así como no es lo mismo ser ingeniero que ser médico para seducir, no es lo mismo seducir a una mujer de 20 que una de 40, ni a una ingeniera de una médica. Cada uno deberá irse adaptando.

 

El nombre es bastante directo, ¿“levantar” sería el único objetivo de la escuela?

Creo que el levante, la seducción bien entendida, está perfecto y no hay nada que criticar de eso. Aprender a seducir gente. Después vos lo utilizarás, si querés, para tener dos mujeres en la misma noche, o para tener una para toda la vida. Los dos objetivos son válidos.

Y también hay muchísima gente que no lo utiliza necesariamente para seducir mujeres, sino para ser una persona más atractiva en general. Mucha gente que hace los cursos nos escribe o nos agradece diciendo: “La verdad es que mejoró la relación con mi familia, con mi trabajo, con mi jefe…”. Creo que es algo que apunta en general.

Lo de LevantArt, lo principal que queremos destacar es que es un arte. El arte del levante. Nosotros somos científicos en el análisis de la seducción y artistas en la práctica. Lo que te decía antes de que cada uno lo adaptará a su vida. Apunta para ese lado.

 

A veces la seducción puede estar ligada al engaño, ¿cómo tratan eso?

Completamente ligada, de hecho es un sinónimo. “Seducir” en el diccionario es “engañar con arte y maña”. Nosotros entendemos la seducción como lograr que la otra persona, por su propia voluntad, haga lo que vos deseabas. Entonces, de lo que se trata es de persuadir, no de engañar. No hay forma de que un hombre levante a una mujer mintiendo en cosas grandes. En pequeñas cosas uno puede mentir, como todos mentimos. Pero cuál es tu pasión, a qué dedicás tu vida, cuáles son tus objetivos, tu experiencia de vida… Son cosas en las que no podés mentir a la hora de seducir, sobre todo porque la mujer detecta mucho mejor la mentira que el hombre, que somos malísimos.

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