Por qué no se establece un pacto de izquierdas

Existe una percepción muy generalizada de lo que está ocurriendo en las negociaciones entre los partidos políticos que están teniendo lugar hoy en España acerca de la investidura del Presidente del Gobierno que considero muy preocupante.

banderaMe estoy refiriendo al hecho de que incluso dirigentes y columnistas de izquierdas que gozan de gran credibilidad, están promoviendo una visión de lo que está pasando en España que asume que los dos partidos mayoritarios de las izquierdas españolas, el PSOE y Podemos, son incapaces de pactar y crear un gobierno de coalición de izquierdas debido a su incapacidad de anteponer los intereses del país a sus propios intereses, actuando solo en beneficio propio.

Y en esta percepción se indica que los dos partidos mayoritarios en las izquierdas tienen igual responsabilidad en el hecho de que todavía hoy no haya habido un pacto. E incluso en algunas ocasiones se ha llegado a decir (con la complicidad de las cajas de resonancia provistas por los mayores medios de información) que el mayor culpable, en realidad, es Podemos, por su supuesta rigidez al anteponer su demanda sobre la necesidad de realizar un referéndum en Catalunya sobre todos los otros componentes de su programa.

Lo que es sorprendente es que esta percepción, ampliamente promovida por el establishment político-mediático del país, sea también reproducida —como dije antes— por voces importantes de las izquierdas, que deberían conocer mejor lo que está ocurriendo en España y en el PSOE, que es el partido que tiene mayor capacidad de influencia política en este momento en el país, y como tal, tiene en sus manos la elección del tipo de gobierno y políticas públicas que desea aplicar.

A la luz de lo que ha estado ocurriendo en España, el argumento de la supuesta equidistancia de responsabilidad ignora no solo lo que ha ido acaeciendo en la dirección del PSOE, sino también la composición de esta misma dirección. Cualquier persona que haya ido siguiendo de cerca lo que ha estado sucediendo en la dirección del PSOE podía prever, como yo he previsto en artículos anteriores, lo que ocurriría en este momento, algo que, por desgracia, está pasando. Debería ser obvio que el PSOE no ha deseado ni desea una coalición de izquierdas que le fuerce a cambiar sustancialmente su política económica.

El tema económico es el obstáculo central para la formación de un gobierno de izquierdas

Como he escrito en un artículo reciente, el referéndum en Catalunya no es el principal obstáculo para que se realice tal coalición, aunque se está diciendo lo contrario, a fin de ocultar el mayor punto de desacuerdo, que es ni más ni menos que el tema económico (ver mi artículo ‘El referéndum es una excusa del PSOE y de las derechas para que no se establezca un gobierno de izquierdas’, Público, 18.02.16). Hoy el problema mayor que tiene España (incluyendo Catalunya) es el de estar sumergida —lo ha estado durante ocho años— en una Gran Recesión que para millones de españoles es una Gran Depresión. El intento de mostrar que tal recesión ya ha terminado es insostenible cuando se ven los datos de desempleo, precariedad y bajada de salarios de las personas. Los datos muestran el enorme drama que viven las clases populares de este país.

Y no es difícil saber las causas de esta situación, que son la aplicación de las políticas neoliberales y, muy en particular, 1) de las reformas laborales del gobierno PSOE y del gobierno PP que han tenido como resultado (un resultado deseado por los promotores de tales políticas) un gran deterioro del mercado de trabajo, con una bajada de los salarios, un aumento del desempleo, un descenso de la ocupación y un aumento de la precariedad; 2) de las reformas fiscales y tributarias que han favorecido sistemáticamente a las rentas del capital a costa de las rentas del trabajo; y 3) los recortes del gasto público (incluyendo el gasto público social), que han impuesto una austeridad muy notable al ya escasamente financiado Estado del Bienestar, es decir, sanidad, educación, escuelas de infancia, servicios domiciliarios, vivienda social, programas de previsión de la pobreza, y un largo etcétera.

En cada uno de estos componentes del Estado del Bienestar, España se gasta per cápita mucho menos que el promedio de la UE-15, situación que ha empeorado (incluso más durante la Gran Recesión). Miren los datos y lo verán (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama, 2015). Estas políticas han provocado un incremento sin precedentes de las desigualdades en España (unas de las más acentuadas en la OCDE), con un aumento muy notable de las rentas superiores a costa de un descenso de los ingresos de las clases populares y, por lo tanto, de su capacidad adquisitiva.

Esto último ha generado una disminución de la demanda y de la actividad económica, creando a la vez un problema grave de endeudamiento que, junto con el problema anterior, han causado la Gran Recesión. La evidencia que apoya lo que digo es abrumadora y contundente, lo cual no es obstáculo para que tales políticas neoliberales sean todavía dominantes en los mayores círculos económicos y financieros del país, y en los mayores medios de información y persuasión.

El problema mayor existente en España

Si se acepta que este es el mayor problema en España, entonces hay que concluir que la división mayor en este país no es entre los que defienden el referéndum en Catalunya y los que no lo apoyan, sino entre los que proponen continuar tales políticas neoliberales y los que se oponen a ellas. Entre los primeros están el PP, Ciudadanos y la dirección del PSOE, y entre los segundos están Podemos, En Comú Podem, En Marea, Compromís e IU, y podrían sumarse ERC y EH Bildu, entre otros partidos de izquierdas.

En realidad, la oposición de estos últimos partidos de izquierdas a la visión uninacional y radial del Estado español (máxima opositora de la visión plurinacional de España) está relacionada con la identificación de este Estado con la promoción de dichas políticas. De hecho, el Estado español, como resultado de una Transición inmodélica, ha mantenido sobre él el enorme dominio de los grupos financieros y económicos dominantes, actuando estos con mayor desinhibición sobre el Estado en los últimos años de la Gran Recesión. Un elemento clave de dicho Estado ha sido el bipartidismo y, por lo tanto, el PSOE.

De ahí que, tal como predije en el artículo citado anteriormente, el aliado prioritario del Sr. Sánchez haya sido desde el principio el Sr. Albert Rivera y su partido (que es la expresión política del IBEX-35), y no solo en la oposición al referéndum, sino también en la defensa del neoliberalismo. Y tal coincidencia aparece en los puntos claves del pacto PSOE-Ciudadanos, y que incluye: 1) no subir impuestos, ni el IRPF ni el de sociedades (en el país que tiene menos ingresos al Estado como consecuencia de la enorme regresividad de la política fiscal, que el acuerdo apenas toca); 2) la reducción del impuesto de sucesiones (que afecta favorablemente a las rentas superiores); 3) el mantenimiento del bajo nivel de gasto en los servicios públicos del Estado del Bienestar; 4) la oposición a las políticas expansionistas necesarias para estimular la demanda; 5) y el mantenimiento del pacto central del cambio constitucional del artículo 135, que el Presidente Zapatero y Rajoy acordaron en cuestión de días (que fuerza a poner como primera prioridad el pago de los intereses de la deuda).

Este pacto es el que se pide a las bases del PSOE que aprueben. ¿Qué les queda, pues, a las izquierdas, cuando algunos de los puntos más clave ya se han decidido, manteniéndose dentro del continuismo con el neoliberalismo? Y es ahí donde no entiendo la percepción de equidistancia en la responsabilidad de lo que ocurre. ¿Es que no se dan cuenta, los que asumen las tesis de responsabilidad conjunta en el no establecimiento del pacto de izquierdas, de lo que está pasando en España? ¿Es que no conocen que la dirección del PSOE —tal como documenté el otro día— está en manos de economistas que son profundamente defensores de las políticas que nos han llevado al desastre? En lugar de sostener la tesis de la equidistancia en las responsabilidades, tales voces deberían salir a la calle y pedirle a las bases del PSOE que se rebelen contra su dirección, presionando para que terminen con el austericidio que nos está llevando al desastre. ¿Es que no lo ven?

El mayor peligro que existe hoy en España no es que el Sr. Rajoy o el PP continúen en el poder. Este peligro no existe ya. El gran peligro es que las políticas neoliberales que nos han llevado al desastre continúen aplicándose en España. Y esto ocurrirá, y la mejor prueba es la declaración de Ciudadanos al terminar las negociaciones que han conducido al pacto, indicando que “el PSOE ha incluido el 80% de lo que pedíamos nosotros”. Lean el blog Nada es Gratis (fundado, entre otros, por el Sr. Garicano, economista de referencia de Ciudadanos, y financiado durante mucho tiempo por el IBEX-35) y panfletos semejantes y verán la alegría de los neoliberales en España.

Por difícil que parezca, Ciudadanos es incluso más neoliberal que el PP. Esto es lo que los promotores del argumento de que tanto el PSOE como Podemos tienen igual responsabilidad por no realizarse la coalición parecen desconocer o prefieren ignorar. Y presentarán la negativa a la investidura de Sánchez por parte de Podemos como muestra de su rigidez, “personalismos” u otras explicaciones que ya se están dando.

Pero el peligro de continuismo es hoy enorme, y ello con la complicidad del IBEX-35 y del establishment político-mediático, del cual Ciudadanos y la dirección del PSOE son elementos clave. La complicidad de tales medios se ve claramente en el hecho de que ninguno de ellos haya criticado o denunciado aseveraciones de tal establishment que son falsedades fáciles de probar.

El Sr. Rivera, cuya ignorancia o frivolidad en la utilización de datos es conocida, indicó que subir los impuestos crea desempleo, sin, por lo visto, conocer que los países que tienen menos desempleo en Europa son los países nórdicos, como Suecia, Dinamarca y Noruega, que tienen mayor presión fiscal. Y en las frecuentes entrevistas ningún periodista le ha dicho al Sr. Rivera que estos datos no encajan con su aseveración. Y para mayor inri, tal partido presenta a Dinamarca como su modelo (¡!). La presión fiscal de Dinamarca es del 50,7% de su PIB. En España (uno de los países que la tiene más baja) es del 34%. ¿Es que los medios no saben leer los datos? Y el Sr. Rivera ha convencido al PSOE para que no suba los impuestos. ¿Es que no lo ven, los que hablan de equidistancia?

 

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