SEMANA SANTA

Arzobispo de Montevideo encabezó misa de Pascua en una Catedral repleta de personas impulsadas por la fe

La Catedral de Montevideo recibió en la tarde de ayer a cientos de creyentes que en el marco de la Semana Santa concurrieron a celebrar la misa de Pascua. Incluso varias personas y hasta familias llegaron desde el interior del país hasta la Ciudad Vieja para presenciar la ceremonia, según pudo constatar LaRed21.

Como es tradicional el Arzobispo de Montevideo fue quien se dirigió a los fieles. El cardenal Daniel Sturla, dijo al comenzar que no apelaría a los formalismos y hasta hubo tiempo para alguna broma generando la sonrisa y el aplauso de los presentes. “Que bueno que es venir a presenciar la misa con una Arzobispo así” comentó una joven mujer a su esposo quienes se encontraban parados debido a la importante cantidad de personas que concurrieron.

Una vez comenzada la ceremonia formal Sturla  recordó lo sucedido con los cristianos que –a lo largo de la historia- “son perseguidos y también terminan siendo protagonistas de hechos violentos por el mundo”.

El cardenal también recordó lo que les sucedió a los 147 jóvenes kenyanos que fueron asesinados el pasado jueves santo, los que “dieron su vida por el hecho de ser cristianos”, añadiendo “a los que les cortaron la cabeza hace un mes”, refiriéndose al caso de los 21 cristianos de Egipto.

Testigos de la fe

Además recordó lo que les pasó a dos iglesias cristianas de Pakistán. Allí “fueron suicidas llenos de bombas y donde un muchacho cristiano fue capaz de agarrar a uno de ellos para intentar sacarlo, sabiendo que moriría cuando explotó la bomba”.

Puntualizó el sacerdote que “esos son testigos de la fe, mártires. Pero lo bueno es que, tanto los chicos del jueves santo como los egipcios, murieron con el nombre de Jesús. Cristo Jesús. Ese nombre, aunque no estemos llamados a expandirlo, ese es el nombre de un fuerte para pronunciar en cada momento de la vida”.

En sus palabras, Sturla señaló que “no hay mal, ni pecado, ni siquiera la muerte tiene la última palabra, la definitiva es el triunfo de la luz sobre la oscuridad, de la vida sobre la muerte”, y conminó a los cristianos que están “llamados a dar un paso, desde los más chicos a los más grandes, porque Cristo ha resucitado”, y ese es “el sentido de la vida”.

Son momentos, indicó, de las “alegrías más hondas y las tristezas más profundas”, y remarcó que “toda nuestra vida está llamada a Eucaristía, que en griego es “acción de gracias”. Hay que decirlo con sonrisa y actitud, Cristo ha resucitado exclamó.

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