EN TANZANIA

Familias reales árabes quieren cazar fauna exótica y expulsan a los masais de sus tierras

Las redes sociales africanas convergen por estos días en la rebelión de los guerreros mazais, una tribu ancestral de las regiones donde aún hay reservas de fauna y donde los multimillonarios jeques árabes buscan complacer sus deseos de cazar animales exóticos.

Familias reales árabes quieren cazar fauna exótica y expulsan a los masais de sus tierras

Los masais, viven junto al Parque Nacional del Serengueti, una reserva biológica de la Humanidad para UNESCO desde 1981, el más antiguo parque de Tanzania y también el mayor atractivo turístico del país.

Pero si bien los territorios de los masais son linderos al parque, ahora el impulso de la familia real de Dubái, que quiere hacerse con unos 1.500 quilómetros cuadrados de territorio, está haciendo que las autoridades, respaldando a los privados, estén intentando expulsar a los originales moradores, de sus plantíos, sus cotos, y sus hogares.

Los árabes ya intentaron infructuosamente armas su coto de caza el año pasado

La información de que los árabes están ahora actuando menos solapadamente y a través de inversores privados “estimulando” a los mandos medios de Tanzania para expulsar a los masais de sus tierra, fue conocida en el Congreso Mundial de Parques, celebrado en Sidney, Australia.En 2013, la red activista Avaaz.org había obtenido 1,7 millones de firmas para obligar que las autoridades tanzanas dieran marcha atrás en la autorización para que los árabes lograran comprar las tierras para hacer un coto privado de caza. Pero los 40.000 masais, que viven haciendo pastar sus ganados en territorios poblados por leones, rinocerontes, chitas, elefantes, jirafas y cebras, han visto como nuevamente los operadores proliferan en la zona de Loliondo, al borde del Serengueti.

El gobierno de Tanzania, si bien no reconoce oficialmente lo que ocurre, ha ofrecido casi un millón de dólares en proyectos de desarrollo socio-económico para los masais, a cambio de que los guerreros se muden de lugar a uno “más beneficioso”, a lo que la respuesta ha sido una contundente negativa.

“En nombre de la conservación son expulsados ilegalmente de sus tierras, son acusados de furtivos porque cazan para alimentarse y por ello son arrestados y torturados por patrullas antifurtivos”, afirma una declaración de Survival, el movimiento a favor de los derechos indígenas.

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