“Puto monigote”

Denuncian que Buquebus y el gobierno actuaron en connivencia para armar el remate de aviones de PLUNA

El propietario de la aerolínea española Cosmo, Antonio Álvarez, compañía que participó en la subasta de los aviones de la ex PLUNA, denunció que el plan era que su empresa comprara los aviones, y luego Buquebus se los adquiría más baratos y sin contratar a los empleados de PLUNA. Aseguró que recibió varias amenazas, y se definió como un “puto monigote”.

Aviones de PLUNA  

Este jueves se conocieron declaraciones del propietario de la empresa española Cosmo, que participó en la subasta de los aviones que pertenecieron a la ex PLUNA.

El empresario Antonio Álvarez dijo, en declaraciones a Búsqueda, que “el plan era que Cosmo comprara los aviones, y luego Buquebus se los adquiría más baratos y sin contratar a los empleados de PLUNA”.

“De este modo, todos podían colgarse la medalla de que habían salvado la conectividad del país”, denunció.

De todas maneras, el empresario español dijo que “jamás habló personalmente con el empresario argentino Juan Carlos López Mena, propietario de Buquebus”, y que “no lo reconocería si lo viera por la calle”.

Álvarez también denunció que no le pagaron los 13 millones de dólares prometidos, cifra que coincide con el 10% de la operación, “seña necesaria para sellar el negocio en el remate, el dinero del aval que el Banco República entregó a Hernán Calvo -testaferro de Cosmo y exempleado de López Mena-, quien se presentó en el remate.

Tales hechos derivaron en el posterior procesamiento sin prisión del ex ministro de Economía, Fernando Lorenzo, y el ex presidente del Banco República, Fernando Calloia.

“Un puto monigote”

Álvarez también denunció  que fue “amenazado de muerte en más de una ocasión como consecuencia del caso PLUNA.  Dijo que fue un “hombre de paja en el negocio en que Buquebus, y el gobierno uruguayo actuaron en connivencia para armar la puesta en escena del remate”.

“He sido un puto monigote, ya que Buquebus y el gobierno son  cómplices”, expresó.

Asimismo, pretende un resarcimiento del gobierno uruguayo y un “préstamo exprés” del Banco República, a intereses normales, para poder rearmar su empresa, ya que sólo percibió unos 700.000 dólares de parte López Mena.

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