EN GRANADA

Incompetencia de narcos españoles deja en tratamiento sicológico a uruguayos

Una ciudadana uruguaya, Gabriela González, casada con un granadino dueño de un taller mecánico, y que lleva 14 años viviendo con nacionalidad en España, fue detenida por la Policía de ese país, que confundió un remedio homeopático que le enviaban de Uruguay con heroína, y la trató de tal modo que a la fecha sigue bajo tratamiento sicológico.

Gabriela González y su esposo / El País (Madrid)

La uruguaya fue detenida por “tráfico de drogas y contrabando”, cuando, próxima a quedarse sin una medicación homeopática que le recetaron para tratar una mielitis idiopática que padece, y al no conocer donde encontrar esas medicinas en España, pidió  a su hermano en Montevideo, que se la enviara.

Así lo hizo el hermano, pero al llegar a la Aduana española, el frasco que tenía el producto fue incautado y horas después la mujer y su esposo detenidos por la Policía acusados de que el polvo en cuestión, era una droga que identificaron como heroína.

La prensa publicó –informada por la policía- que había detenido 220 gramos de heroína en la localidad de Motril, donde vive el matrimonio, “camuflada en medicamentos homeopáticos”.

Dejados en libertad “con cargos”,  los españoles no se disculpan

Durante tres meses, el matrimonio debió concurrir constantemente al juzgado a presentar pruebas exculpatorias: Vigilancia Aduanera no acababa de enviar la sustancia al laboratorio de Sanidad de Málaga, y culpaba por ello al juzgado. Finalmente el laborarlo recibió las “pruebas” y declaró que no había droga en las mismas.

Finalmente fueron dejados en libertad, pero la policía de Motril, se niega a archivar los antecedentes, manteniendo dos fichas policiales del matrimonio. Los hechos fueron denunciados al Consejo del Poder Judicial, pero éste afirma que el asunto es policial. El Consejo desestimó una solicitud de reparación del daño sufrido, pese a que Gabriela continúa sufriendo trastornos sicológicos derivados del error policial, que la obligan a mantenerse bajo tratamiento con una especialista.

Ante la falta de explicaciones, periodistas del diario El País de Madrid, intentaron encontrarla en el juzgado de Motril, pero fueron echados sin más del local, según publica el mismo periódico.

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