ABORTO

Sanguinetti: “Hasta las 12 semanas embrión no tiene capacidad de vida autónoma”

El ex presidente de la República, Julio María Sanguinetti, detalló su postura a favor de la interrupción voluntaria del embarazo y contra el referéndum que impulsa el Partido Nacional. Dijo que el plazo de 12 semanas para suspender la gravidez “se basa en un hecho científico, de poderosas consecuencias morales y jurídicas: ese embrión no tiene ninguna capacidad de vida autónoma”.

Julio María Sanguinetti

En medio de las polémicas por la marcha del referéndum contra la interrupción del embarazo, que impulsa el Partido Nacional, este viernes el ex presidente Sanguinetti planteó en el semanario colorado “Correo de los viernes” sus argumentos a favor de la Ley y, por tanto en contra de la convocatoria popular.

La consulta será el 23 de junio, instancia en la cual deberá concurrir el 25% de los habilitados en el Padrón Electoral para definir el referéndum que anule o deje vigente la norma.

“Numerosas personas han controvertido mi criterio favorable a la despenalización del aborto y, como consecuencia, contrario a la prosecución del proceso de referéndum en curso. Siendo imposible hacerlo en cada caso particular, me permito ordenar mis afirmaciones y respuestas de un modo genérico”, expresa el ex mandatario.

“¿Cómo se explica que todos los países occidentales -salvo contadísimas excepciones- han despenalizado el aborto? España lo autoriza hasta las 14 semanas de forma libre y ha establecido una red de clínicas habilitada para practicarlo. El Reino Unido lo hizo mucho antes (y hasta las 24 semanas). Legislaciones parecidas hay en Alemania, Países Bajos, Francia desde la Ley Weil (12 semanas). En EE.UU. el cambio vino desde la jurisprudencia. ¿Enloqueció nuestra civilización o, simplemente, ha seguido avanzando en el reconocimiento de los derechos de la mujer, aplastada y desconocida por siglos?, pregunta Sanguinetti.

Por otro lado dijo que todos asumimos el aborto “como una grieta, una fractura, de algún modo un fracaso transformado en drama”.

“Nadie trata de ensalzarlo ni estimularlo. A la inversa, pensamos que desarrollar una sana y clara educación sexual e informar de los métodos anticonceptivos hoy disponibles, permitirá que el fenómeno vaya desapareciendo en la sociedad”, considera.

“Desgraciadamente, todavía hay quienes -por razones religiosas- se resisten a esos métodos anticonceptivos y agitan aún tabúes sobre la sexualidad sin advertir, justamente, que con esos criterios sólo están fomentando la práctica abortiva clandestina”, expresa Sanguinetti.

En ese marco, manifiesta que el hecho social es que “pese a todas las prohibiciones, legales o religiosas, el aborto existe”.

Sin capacidad de vida autónoma

Sanguinetti sustenta su argumento en que el plazo de 12 semanas “se basa en un hecho científico, de poderosas consecuencias morales y jurídicas: ese embrión no tiene ninguna capacidad de vida autónoma”.

“Es una vida en potencia, que depende absolutamente del cuerpo de su madre. En el mundo entero no se registra caso alguno de sobrevivencia de un embrión no ya de 12 semanas, sino aun de 20”, subraya.

Asimismo, indica que ese embrión “carece de un mínimo de existencia neurológica, que es el factor hoy considerado también para establecer la muerte”.

Por lo tanto la norma, con moderación, “se asegura de partir de un hecho incontrovertible: no hay posibilidad de vida, en consecuencia no hay una persona autónoma, titular de derechos que puedan prevalecer sobre los de la madre a decidir sobre su maternidad, sobre su propio cuerpo y sobre su futuro personal, que puede quedar allí hipotecado para siempre”.

Asimismo, considera que tampoco el ADN sirve por sus elementos de individualización genética que podrán estar mañana en una persona, pero ésta aún no existe.

“Ese ADN recoge una genética histórica trasmitida por herencia, de modo que -si nos adentramos en él- hemos ‘nacido’ hace siglos y pueden rastrearse decisivos factores de nuestra identidad biológica que nos vienen desde muy lejos. Para nada esa continuidad impone al derecho -civil y penal- el reconocimiento de una persona como titular; ni a la moral desconocerle a la mujer su derecho a la salud sexual y su voluntad materna”, sentencia el ex dignatario.

Por otro lado, Sanguinetti expone que “para los moralistas protestantes, solo hay persona desde el nacimiento, umbral decisivo de la vida. Para el Rector de la Gran Mezquita de París es lo mismo en visión musulmana. Entre los católicos, si bien hay una actitud oficial condenatoria, existen opiniones discrepantes, como fue en nuestro medio la del Padre Pérez Aguirre. Si vamos hacia la teología, nos encontramos con que nada menos que Santo Tomás de Aquino estimaba que solo había una persona humana cuando el embrión había adquirido cierta madurez”.

También dedica un espacio de su reflexión al papel de la mujer. “Es la mujer quien tendrá que resolver su dilema existencial; la maternidad es algo demasiado elevado, individual y socialmente, como para que sea apenas un acto de resignación, una condena que hay que asumir sin alegría, sin amor ni voluntad”.

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