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Relator de ONU para libertad de opinión advierte sobre riesgos de la propiedad cruzada en medios

El relator de Naciones Unidas para la Libertad de Opinión y Expresión, Frank La Rue, dijo que las concentraciones de medios son un atentado contra la libertad de expresión, y comentó que en EE.UU está prohibido que en una misma ciudad quien es dueño de un medio escrito también pueda ser propietario de un espacio televisivo o radial.

Frank La Rue / media-diversity.org

La Rue presentó en Montevideo un informe sobre “libertad de expresión, acceso a la información y derecho a la verdad y a la diversidad en la transición”, el cual presentará en los próximos días ante el Consejo de Derechos Humanos de ONU.

El informe recuerda y reafirma “la importancia fundamental de la libertad de expresión en sí misma, y como herramienta para la defensa de todos los demás derechos”.

En el trabajo del especialista, se expresa que las frecuencias radioeléctricas son un “recurso público”, y que los Estados tienen la “obligación de gestionarlos adecuadamente, incluso el llamado dividendo digital a fin de promover el interés general”.

Enumeró los tres tipos de frecuencias: comerciales, comunitarias y públicas. En ese sentido dijo que América Latina “cometió el error de permitir la sobrecomercialización de las telecomunicaciones”.

“No tengo nada en contra de la comercialización, porque esta juega un papel importante pero no debe ser la única perspectiva. En primer lugar se debe tener en cuenta que toda comunicación es en primer lugar un servicio social”, dijo.

Oligopolios

Asimismo, afirmó que el Estado “debe regular el manejo de las frecuencias”, pero “no los contenidos,  porque las concentraciones de medios o los oligopolios son un atentado contra la libertad de expresión”.

En ese sentido, ejemplificó que en Estados Unidos “está prohibida la propiedad cruzada, o sea, que en una misma ciudad quien es dueño de un medio escrito no puede ser propietario de un espacio televisivo o radial”.

La Rue dijo que la apertura a la digitalización debe ser “regulada”, porque de cada canal de televisión se originan otros seis. “Esto hace probable que los tres que operan actualmente en Uruguay conserven un canal cada uno y que los restantes pasen a ser reserva del Estado. Esto es lo importante, que las nuevas frecuencias pasen a manos estatales y sean distribuidas equitativamente”. 

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