Ni -Ni

El programa “Jóvenes en Red” del MIDES ampliará oferta y calidad de sus políticas

El programa “Jóvenes en Red” del Ministerio de Desarrollo Social, que alcanzó las tres mil intervenciones con 2.200 proyectos individualizados, aplicados en 15 localidades del interior y 19 barrios de Montevideo, ampliará su plan de acción en cuanto a la “oferta y calidad” de las políticas universales a nivel sanitario, educativo y de empleo.

El coordinador de Jóvenes en Red, Diego Olivera dijo este miércoles que “el 43 % de la población que actualmente atiende el programa está comprendida entre los 17 y 20 años;  un 40 %, entre 14 y 16 años; y un 17 %, entre 21 y 24 años”.

Asimismo, resaltó que el “30 % de la población atendida por ‘Jóvenes en Red’ tiene hijos a cargo”.

“Tenemos que fortalecer el desarrollo de capacidades para el trabajo y la educación, pero, en este 30 % que ya tienen hijos, hay que resolver cuestiones de cuidados, porque no siempre acceden a centros CAIF, que muchas veces ya están topeados en su cobertura”, dijo Olivera.

El proyecto “Jóvenes en Red” también “profundizará” en los datos recabados, entre los cuales se destaca conocer cuáles son las actividades laborales de los jóvenes “ni – ni”, es decir aquellos que no estudian ni trabajan.

La proporción de jóvenes que ni estudia ni trabaja se mantuvo estable en los últimos 25 años: entre un 20 % y un 25 %. El 5,4 % de los jóvenes que ni estudia ni trabaja realiza tareas en sus hogares; el 6,1 % busca empleo; el 6,3 % no busca empleo, ni trabaja, ni estudia. Este último grupo totaliza unos 45 mil de 131 mil jóvenes.

Jóvenes que trabajan

Otra línea de acción del programa será conocer las actividades de los jóvenes vinculadas al mundo del trabajo.

Si bien “Jóvenes en Red” trabaja con personas que están fuera del sistema formal de empleo, hay jóvenes que realizan tareas en el mercado informal, realizan tareas zafrales, trabajan por cuenta propia, o son no remunerados porque colaboran en algún emprendimiento familiar, y otros que se desempeñan como empleados, pero sin sus derechos laborales reconocidos.

“Tenemos que saber cuáles son las principales necesidades para saber qué papel tienen que jugar cada uno de los ministerios y los programas vinculados. Por eso tenemos que saber calibrar en qué aspectos tenemos que redireccionar los recursos”, dijo Olivera.

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