El caso es que La República, el matutino impreso de la calle Garibaldi, obtuvo de Juan Salgado, presidente del Directorio de la compañía omnibusera, la inesperada primicia que hoyentretiene la curiosidad de todos los ámbitos implicados, desde el supremo gobierno de la nación hasta el limpiabaños del aeropuerto que acude a su trabajo diario en Cutcsa, la terrestre.
«Prohibido hablar al piloto»
En la eventualidad de que los señores capitostes de la eventual PLUTCSA (Primera Línea Uruguaya de Transporte Colectivo y Servicios Aéreos) confirmen que los números dan, y que el espírutu alcanza, pues meterse así nomás en el negocio aéreo no es para cualquier cuerdo conocido, los hombres de Salgado deberán presentarse a los inminentes llamados de ofertas para quedarse con las unidades aladas Bombardier que compró el inefable Campiani para solaz de Astori.
Lo que no se comentó en las esferas consultadas es el régimen de movilidad interna que tendrían los empleados de CUTCSA y PLUTCSA, que podría incluir el intercambio de pilotos y choferes entre las unidades de ambas compañías, además del posible servicio de azafatas en la flota urbana de pasajeros, aventuró Manolo González, guarda de la línea 128 a Paso de la Arena desde hace 32 años.
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