Públicos y privados

Miles de estudiantes volvieron a inundar la Alameda de Santiago de Chile, un año después

Decenas de miles de estudiantes chilenos protagonizaron este jueves la más multitudinaria marcha en lo que va del año por el centro de Santiago, reclamando una educación pública, gratuita y de calidad y el fin del lucro, que creen no ha sido acogido por el gobierno.

Acompañados de la lluvia y un intenso frío, miles de estudiantes se agolparon desde temprano en la céntrica Plaza Italia, para marchar por la avenida Alameda, la principal arteria del centro de Santiago, pasando -como desde hace meses no hacían- frente al palacio de gobierno.

En un clima festivo y al sonar de tambores, los estudiantes lograron revivir el ambiente de carnaval del año pasado, cuando irrumpieron con su reclamación para acabar con el sistema educativo heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que casi desmanteló el sistema público de enseñanza y consagró el ingreso del sector privado.

Según los organizadores, la marcha reunió a unas 120.000 personas, aunque las autoridades no han entregado aún una cifra oficial. Con todo, la manifestación copó al menos 20 manzanas de la céntrica Alameda, en medio de una férrea presencia policial, que incluyó perros y caballos, constató la AFP.

La manifestación se desarrolló mayoritariamente de forma pacífica, aunque en algunas partes del trayecto se produjeron algunos intentos de saqueos a comercios y destrucción del mobiliario público por parte de grupos de encapuchados.

Una vez finalizada la manifestación, en tanto, se registraron enfrentamientos con la policía, que lanzó gas lacrimógeno y chorros de agua. No hay aún cifra oficial de detenidos.

«Hoy tenemos motivos para sentirnos orgullosos, es una gran marcha. Abajo los que lucran, arriba los que luchan», dijo Gabriel Boric, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), la principal universidad del país, en el acto de cierre de la manifestación.

Después de las más de 40 marchas que organizaron el año pasado y las cuatro que van en 2012, los estudiantes acusan al gobierno de Sebastián Piñera de no acoger sus demandas, que implican una completa reformulación del sistema pese a la serie de proyectos de ley enviados por su gobierno al Parlamento.

Los proyectos, ninguno de los cuales ha sido aprobado aún, proponen una mayor regulación de los establecimientos educativos para que cumplan con la ley y no se lucren, lo que está estrictamente prohibido en la actual legislación pero es burlado a través de una serie de resquicios legales.

«Aquí hay un cuestionamiento profundo a un modelo de desarrollo que genera lucro, que genera aprovechamiento de unos pocos respecto no sólo a la educación, sino a la salud, a nuestro trabajo, el sistema de pensiones, nuestros recursos naturales», señaló la popular dirigente estudiantil Camila Vallejo, miembro del Partido Comunista.

Piñera, que ha visto caer drásticamente su popularidad por culpa de las reclamaciones estudiantiles, propuso también acabar con un sistema de créditos que otorgan los bancos privados para financiar los estudios universitarios, con intereses que triplican a los que otorgan internamente las universidades públicas.

A cambio, se establece un sistema público, con un interés medio del 2%, aunque en ningún caso el gobierno ha cedido a la demanda de gratuidad, porque estima que esa política beneficiaría a los más ricos del país, que logran acceder a las mejores universidades públicas.

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